L’Òscar té la ma trencada en fer uns pastissos deliciosos de poma. La Meg i l’Òscar són molt bons amics.  La Meg ha de marxar, per la feina del seu pare, a Nova Zelanda i això els separa. Al cap de sis mesos l’Òscar desapareix i el donen per mort, però la Meg i el germà petit d’ell no ho creuen.
Una història d’amor, de bulling, de soledat i la veritable amistat. Una lectura entretinguda, realista i ben escrita.

Llegeix un petit fragment:

“Cuando una persona joven sufre una desgracia, y cuando la gente se reúne en la iglesia para rezar por esa persona, se produce una especie de vibración extraña, algo similar a un murmullo o un zumbido. Todo se estremece, me imagino que del mismo modo que ocurre en los primeros momentos de un terremoto, como si hasta la tierra estuviera sobrecogida y horrorizada por tan tremenda injusticia.
«Todavía le quedaba mucho por vivir» era la frase facilona e inútil que todo el mundo repetía una y otra vez, aunque nada de lo que la gente dijese fuera a cambiar las cosas, al menos de momento. Era demasiado tarde, decían. Porque Oscar había tomado una decisión, y por ello los demás íbamos a sufrir el resto de nuestras vidas. Se había ido. Y en  aquel momento todo el mundo más o menos había asumido que nunca iba a volver.”