Llegeix un petit fragment:
“Cuando una persona joven sufre una desgracia, y cuando la gente se reúne en la iglesia para rezar por esa persona, se produce una especie de vibración extraña, algo similar a un murmullo o un zumbido. Todo se estremece, me imagino que del mismo modo que ocurre en los primeros momentos de un terremoto, como si hasta la tierra estuviera sobrecogida y horrorizada por tan tremenda injusticia.
«Todavía le quedaba mucho por vivir» era la frase facilona e inútil que todo el mundo repetía una y otra vez, aunque nada de lo que la gente dijese fuera a cambiar las cosas, al menos de momento. Era demasiado tarde, decían. Porque Oscar había tomado una decisión, y por ello los demás íbamos a sufrir el resto de nuestras vidas. Se había ido. Y en aquel momento todo el mundo más o menos había asumido que nunca iba a volver.”